sábado, 31 de diciembre de 2016

En el comedor del alma



En el comedor del alma


Ya están puestos los puestos de la mesa
y están alegres los corazones y las ganas
Desde la mañana veo la misma escena,
huele al aroma de los guisos de entonces.
Los niños han perdido los gestos de la infancia,
y nosotros ya no somos nosotros 
pero estamos todos, los mismos,
diferentes, pero somos los mismos .

Desde el amanecer me acompaña esa imagen
y los niños que no son niños 
tienen el mismo brillo en los ojos 
y sus palabras suenan a uvas.
En mi corazón hay un tronco de leña
que guarda el mismo fuego, 
la misma sensación de pertenencia.

Estoy en el centro de una esfera de luz,
el aire es el silencio, 
la cadencia es perfecta,
todo encaja en un sólo movimiento, 
las palabras ya no son necesarias.
Se abre una puerta y entra una luz desconocida
es Laura, Laura.

Tú pones un plato más, él trae una copa
ella le deja su cubierto,
yo le acerco una silla, estoy contento,
todos sabemos que es Laura,
sabemos que vamos a cenar, 
que es el comedor del alma

y me despierto.