lunes, 18 de julio de 2016

66


Hacía más de un año que no entraba a este blog. Encontré una entrada en borrador que acabo de subir y ¿por qué venía? Dentro de unas horas se cumplirán 6 años de mi operación del corazón. Lo viví y lo vivo como una prórroga de mi vida, el comienzo de una etapa intensa y clara. La de aprender y entregar.

Hace dos meses cumplí 66 años, el 6 me ronda y escribí detrás de las notas de una reunión los primeros versos de un poema que titulé 66. Hoy lo subo, por los 6 años de alargue (dirían en Chile) tal vez eso signifique regresar a este lugar de la poesía.


66

Vivimos solos la vida,
Al morirnos, 
el mundo se oscurece.
Cuando escuchamos,
hay alguien que nos habla.
Al abrir el corazón
entra el amor, la sangre  se vacía  
como un vaso sin agua,
cuando callamos al fin,
el universo trina y 
un pájaro se calla.

Vivimos la vida juntos.
Al amanecer 
un niño se asoma a la ventana.
al medio dia
las espigas florecen.
Todo es jardín,
el negro es esperanza

Llega la tarde 
y hablamos con el joven
que no duerme.
Se cruzan los trenes,
el dolor se aplaca.

Cuando anochezca 
te llevaré conmigo.

Te llevaré conmigo, sí
cuando anochezca,
no recordaré que luces,
ni que calles,
las esquinas doblarán
escenas que no fueron.
Mis cuadernos,
cuadriculados de errores,
estrecharán sus páginas.
Pero tendré un farol,
tus ojos en la noche,
la luna pálida
y alguna certeza 
de que viví 
y de que estabas.


Primeros Pasos (2)

En esa época nada sabía de Charles Bukowski pero debía pensar como él:"¿Que puede hacer un poeta sin dolor? Lo necesita tanto como a la máquina de escribir" porque al releerme veo a un adolescente inmerso en la melancolía y en la nostalgia. Así se titula (Nostalgia) el primer poema de la colección que titulé "la voz oculta de las montañas",segunda parte del librillo encuadernado "Primeros pasos" 

Nostalgia

Te recuerdo
entre las rubias espigas
que cubren el  campo.
Te recuerdo
cuando el viento
juega a abrazarlas
entre besos de tierra y de nada.
Te recuerdo en mis brazos
en la humedad del agua.

No te miento,
una tarde que te encuentres sola
y mires al cielo,
el rebaño de incoloras nubes
que me han visto  escribir
estos versos
te contarán mi nostalgia.

La carretera

La conocemos tanto
que parece que anda con nosotros.
La despiertan 
las pequeñas chiquillas
con sus gritos de vida
y sube al monte
la gris monotonía
de las casas del pueblo.

Ayer caminaba por ella
con la desilusión 
de una mor desvanecido
y me pareció
que al pasar por las moreras
me iba a caer
un pedazo de luna 
en la cabeza.

En el asfalto
reconocí mis pisadas de ida,
mezcladas, tal vez, con una lágrima.
Te ví tan lejos
que se apagaron 
todas las estrellas,
que enmudecieron
todos los desiertos

.