jueves, 31 de octubre de 2013

Antonio Machado - Recuerdo Infantil






Uno de los poemas que encontré también en mis primeros libros de texto fue el "Recuerdo infantil" de Antonio Machado. Las primeras lecturas no lo convirtieron en una experiencia poética especial, aunque reconozco que me producía una desazón imaginarme aburrido, yo que nunca lo estuve. Aburrido mirando por una ventana empañada en la que con el dedo abría un espacio para ver pasar, lenta, la tarde.

Recuerdo infantil

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.




Fue después, años más tarde cuando, ese tercer verso del poema apareció ante mí como una belleza interpretable:
"Los colegiales estudian. Monotonía".

 La posibilidad de seguir la puntuación y quedarse detenido en ese silencio de los colegiales sumergios en la lectura de su libro en la sala de clase, o no seguirla e imaginarlos estudiando una triste asignatura de la vida: la monotonía.
Así este tercer andaluz poeta subió a mis preferencias desde una cierta mirada reverencial, a él mi padre no le llamaba Federico, o Rafael, o Pablo. Él era Don Antonio Machado, su hermano, sin embargo era Manuel, otro poeta sevillano que no alcanzó la fama, pero que tiene versos notables.

Volveré a los Machado y su presencia en la formación de mi conciencia poética.